¿María Ignacia era guarenera?

Cada 29 de junio, el fervor por la Parranda de San Pedro inunda las calles de Guarenas. Entre cantos y el repique de cotizas, una figura ancestral recorre la memoria colectiva de sus habitantes: María Ignacia.

Su historia ha sido preservada a través del relato oral, una memoria tejida con devoción y fe que ha dado origen a una de las tradiciones más emblemáticas de la región.

Parranda de San Pedro de Guarenas, Bajada Carabobo, 29 de junio de 2024.
Parranda de San Pedro de Guarenas, Bajada Carabobo, 29 de junio de 2024.

Se dice que María Ignacia fue una esclava que, en medio de las restricciones de su tiempo, se aferró a su fervor por San Pedro Apóstol.

Su hija, Rosa Ignacia, había enfermado de manera alarmante. Ante la desesperación y con la fiebre devorando toda esperanza, María Ignacia buscó la ayuda que solo la fe podía otorgarle.

Se arrodilló ante la imagen de San Pedro y le suplicó por la salud de su pequeña, prometiéndole cantar y bailar en su nombre cada 29 de junio si el milagro le era concedido. Su plegaria fue escuchada.

La esclava María Ignacia implorando a San Pedro Apóstol por la sanación de su hija. Imagen generada por IA.
La esclava María Ignacia implorando a San Pedro Apóstol por la sanación de su hija. Imagen generada por IA.

Pero María Ignacia tenía un obstáculo por superar, pues los batuques eran una celebración reservada para los hombres esclavos. Ingresar en esas parrandas era cosa prohibida para las mujeres.

Batuque de los esclavos en las antiguas haciendas de Guarenas. Imagen generada por IA.
Batuque de los esclavos en las antiguas haciendas de Guarenas. Imagen generada por IA.

Sin embargo, su determinación la llevó a desafiar las normas establecidas. Su fe era más grande que el miedo.

Cada año, el 29 de junio, con Rosa Ignacia en brazos, María Ignacia se incorporó a la parranda de los hombres y le danzó a San Pedro, enfrentando las miradas inquisidoras y desafiando las barreras que su condición le imponía. Su fe al santo patriarca y el deseo de honrar su promesa fueron más fuertes que toda regla.

La esclava María Ignacia, llevando en brazos a su hija Rosa Ignacia, participando contra toda regla en el batuque de los esclavos en alguna antigua hacienda de Guarenas. Imagen generada por IA.
La esclava María Ignacia, llevando en brazos a su hija Rosa Ignacia, participando contra toda regla en el batuque de los esclavos en alguna antigua hacienda de Guarenas. Imagen generada por IA.

La tradición oral nos dice que María Ignacia nació en Guarenas, pero… ¿Qué tan cierta es esta afirmación?

Esta hipótesis se refuerza con el hallazgo de una fe de bautismo en la Parroquia de Nuestra Señora de Copacabana, fechada en 1800, que registra el nombre de una niña de nombre María Ignacia, hija de una esclava de la Hacienda San Pedro de Guarenas. Es un documento que aviva la identidad y fe del guarenero por la Parranda de San Pedro.

Ôy once de Agto de mil y ochocientos años Yo el Br Dn Juan Agn Diaz Argote cura propo Docro de este Pueblo de N. S. de Copacavana de Guarenas, baptizé solemnemte puse sto oleo y crisma y dí Bendicion conforme al Ritual Romano a una parvulita que nació el dia treinta y uno de Julio del mismo año. A la que puse por nombre Maria Ignacia hija nral de Maria de la Trinidad esclava de Dn Gabriel Blanco Uribe hacendado en esta Jurisdicción. Fue su madrina Josefa Manuela de Guebara nral del Pueblo de Petare y vecina de esta feligrecia de Guarenas y a quien la adverti el parentesco espiritual y su obligación lo que firmo para que conste de que certifico. Ber Juan Agn Diaz Argote.
Ôy once de Agto de mil y ochocientos años Yo el Br Dn Juan Agn Diaz Argote cura propo Docro de este Pueblo de N. S. de Copacavana de Guarenas, baptizé solemnemte puse sto oleo y crisma y dí Bendicion conforme al Ritual Romano a una parvulita que nació el dia treinta y uno de Julio del mismo año. A la que puse por nombre Maria Ignacia hija nral de Maria de la Trinidad esclava de Dn Gabriel Blanco Uribe hacendado en esta Jurisdicción. Fue su madrina Josefa Manuela de Guebara nral del Pueblo de Petare y vecina de esta feligrecia de Guarenas y a quien la adverti el parentesco espiritual y su obligación lo que firmo para que conste de que certifico. Ber Juan Agn Diaz Argote.

Sin embargo, no hay documentación histórica que esclarezca el origen de la Parranda de San Pedro, ni registros que demuestren con certeza que aquella niña bautizada en Guarenas es la esclava promesera que narra la tradición.

Lo que tenemos es una tradición viva, un relato que palpita en el corazón de quienes cada año la celebran con pasión y devoción.

Imagen de San Pedro Apóstol en procesión. Catedral Nuestra Señora de Copacabana de Guarenas, 29 de junio de 2024.
Imagen de San Pedro Apóstol en procesión. Catedral Nuestra Señora de Copacabana de Guarenas, 29 de junio de 2024.

La Parranda de San Pedro es el reflejo de una cultura arraigada, del amor por una manifestación que ha sobrevivido al paso del tiempo, cuya esencia se sostiene en la devoción, el respeto y el compromiso de quienes la honran.

Parranda de San Pedro de Guarenas, Bajada Carabobo, 29 de junio de 2024.
Parranda de San Pedro de Guarenas, Bajada Carabobo, 29 de junio de 2024.

Cada guarenero que viste los colores de la Parranda de San Pedro sabe que María Ignacia forma parte de su historia, de ese legado que se mantiene intacto en cada verso improvisado. Porque al final, más allá de los archivos y las interrogantes, la Parranda de San Pedro es una promesa heredada, una tradición que trasciende generaciones y un homenaje eterno a la fe que mueve los corazones.

Quizás nunca sepamos dónde nació María Ignacia, pero sí sabemos que su espíritu vive en cada guarenero y que lo importante no es de dónde vino, sino el legado que su leyenda ha dejado en cada corazón que honra su nombre.

La esclava María Ignacia y su hija Rosa Ignacia. Imagen generada por IA.
La esclava María Ignacia y su hija Rosa Ignacia. Imagen generada por IA.

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