Hacienda San Pedro de Guarenas

La Hacienda San Pedro de Guarenas fue una de las principales productoras de caña dulce y sus derivados en la Guarenas de antaño.

Para 1764, la Hacienda San Pedro producía 4000 pesos de papelón, muy a la par con la producción de sus vecinas Vega Arriba y Potuco (luego El Carmen) y muy por encima de la producción reportada por las cercanas Auyare y Auyarito.

La Hacienda San Pedro de Guarenas hacía lindero por el este con la Hacienda Vega Arriba; colindaba por el oeste con el río Caucagua (hoy río Guarenas) y la Hacienda Santa Cruz; por el norte tenía a la Hacienda El Ingenio y por el sur de nuevo al río Caucagua, ya que este bordeaba a la Hacienda.

Esta Hacienda no solo fue un centro productivo para la economía de Guarenas, sino que también fue sitio de origen de manifestaciones religiosas y culturales.

En las barracas de esta Hacienda, nació el 31 de julio de 1800 una niña esclava, que fue presentada por su propietario Don Gabriel Blanco Uribe y bautizada como María Ignacia en el Curato de Guarenas por el Pbro. Br. Juan Agustín Díaz Argote.

La tradición oral nos cuenta que años más tarde esta esclava, en medio de la desesperación, fue a la capilla de la Hacienda y frente a la imagen de San Pedro Apóstol rezó y suplicó por la sanación de su hija, prometiéndole bailar y cantar cada año el día de su santoral en la parranda de protesta de los hombres si él le concedía el milagro.

Así nació la tradicional Parranda de San Pedro, orgullo de Guarenas y Guatire, declarada por la Unesco como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad el 5 de diciembre de 2013.

El 29 de octubre de 1900, Guarenas recibió el impacto de un desastroso terremoto que dejó tristes huellas en la población.

La capilla de la Hacienda San Pedro quedó en ruinas, pero la imagen de San Pedro Apóstol no sufrió daño alguno.

Por ello, Don Carlos Bello le pidió al propietario de la Hacienda vecina El Carmen que por favor albergara en su capilla a la imagen de San Pedro. Ahí sería recibida la imagen, entre otros, por Norberto Blanco, futuro cultor de la Parranda de San Pedro celebrada en Guarenas.

A partir de ese momento, se inició una bella historia de fe y devoción que llevó esta imagen hasta los predios de las calles Sucre con 19 de Abril de Guarenas en la casa del Señor Juan Aponte, así como hasta la calle Real en la casa de Don Antonio Núñez, para finalmente reposar desde 1939 en su recinto definitivo: La Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana, hoy Catedral.

Noria de la Hacienda San Pedro de Guarenas, final década de 1970.
Noria de la Hacienda San Pedro de Guarenas, final década de 1970.

El señor Luis María Bello González (1877), amplió en 1908 la propiedad de la Hacienda San Pedro, a través de la compra de un lote al borde norte perteneciente a la Hacienda Vega Arriba, propiedad de los hermanos Castillo Gómez (Sixto y Ramón). Un año más tarde, en 1909, el señor Luis María Bello contrajo matrimonio con María del Carmen Pereira (1875-1952). Esta boda se celebró en el mismo vecindario de San Pedro de Guarenas.

Los esposos Bello Pereira habitaron la Hacienda San Pedro junto a sus hijos: Ludovina (1896), Isabel Segunda (1899), Carmen María (1902-1981), Luis Antonio (1904), Emigdia Gregoria (1906) y Ana Teresa (1911).

La propiedad de la Hacienda San Pedro de Guarenas es entonces vendida a los hermanos Vera Bello (Pedro Ramón y José María). Pedro Ramón nació el 23 de noviembre de 1869 y su hermano José María nació en 1871, siendo sus padres Don Pedro Vera y Doña Josefa María Bello.

José María Vera Bello, quien había contraído nupcias con Leonor María Guerra el 21 de diciembre de 1902, habitó junto a su esposa la casa grande de la Hacienda San Pedro. Ahora esta imponente casona recibía a la familia Vera Guerra.

Algunos años más tarde se mudaron a una casona en la calle Real de Guarenas, donde se dedicaron a sus hijos Ana Teresa (1904), Pedro Emilio (1906-1969), Carmen Leonor, Luis Antonio (1909-1984), Antonio José (1911), Juan Vicente (1912-1996), Zoila Rosa (1914), César Ambrosio (1916), Martín Ramón (1918) y Zoila Esperanza (1922).

A mediados del siglo XX, José María Vera Bello se hizo de la propiedad de la Hacienda Vega Arriba a través de una negociación con el dueño de ésta: Rafael Patiño. Pero en menos de cinco años se desprendió de la mayor parte de Vega Arriba.

Además, los hijos Vera Guerra regentaron las propiedades familiares de Vega Abajo, Auyare y El Carmen.

Pedro Emilio Vera Guerra contrajo nupcias con Aura Ernestina Bermúdez Araujo. De inmediato, el señor José María Vera Bello nombró a su hijo Pedro Emilio como administrador de la Hacienda San Pedro. Ahora la casa grande de la Hacienda estaría habitada por la familia Vera Bermúdez.

En estos predios harían vida por varios años, naciendo ahí sus hijos Pedro José, José María (1934-1977), Leonor María, Aura Esperanza, Luis Ernesto, Virginia Columba (1930-1966), Luz Margarita (1938), Lelis Cristina y Carmen Beatriz. Los niños Vera Bermúdez asistían a la escuela de El Carmen.

Años más tarde, la familia Vera Bermúdez se mudó a la calle Real de Guarenas, donde sus hijos continuaron haciendo vida, naciendo además los últimos cuatro hijos: Román Antonio (1944), María Milagros, Gonzalo Emilio (1950) y Martín Leonardo, siendo atendidos los partos de Doña Aura Ernestina por su médico de cabecera, el Dr. Francisco R. García.

María Milagros Vera nos comenta que siendo infante visitaba la Hacienda San Pedro junto a su padre Pedro Emilio. Mientras el señor Pedro Emilio trabajaba y entregaba el pago a los peones, ella recorría los cañamelares en un pequeño caballo gris al que llamaba Ratón. Ahí ella pudo observar el corte de la caña y la elaboración del rico papelón.

Así mismo, pudo conocer la bodega de la Hacienda que era atendida por un señor a quien mentaban “El Gambeto”.

Ella aún recuerda las tertulias que junto a sus hermanos entablaban con Rayao, uno de los últimos peones de la Hacienda San Pedro, quien les narraba de sus vivencias en esos predios, de la faena azucarera y de la hermosa historia de la Parranda de San Pedro, asegurándoles que en el antiguo cementerio de esclavos de la Hacienda aún yacen los restos mortales de María Ignacia.

La historia de la Hacienda San Pedro es en sí misma parte de la historia de Guarenas.

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