El 16 de diciembre ha sido siempre un día especial para mí, ya que se da inicio a una de las tradiciones católicas más hermosas: Las Misas de Aguinaldo en Guarenas.
Las Misas de Aguinaldo en Guarenas son una expresión de la fe venezolana que se celebra durante la Novena de Aguinaldos. Esta última se celebra en países de centro y Sudamérica.
En este tiempo de Adviento y durante nueve días antes del nacimiento de Jesús Redentor, asistimos a la Iglesia para el rezo de la Novena, rememorando desde el 16 hasta el 24 de diciembre los meses previos al nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén.
En aquellos años de mi niñez, a mediados de la década de 1950, recuerdo que durante la Novena cenábamos en familia y luego nos íbamos a dormir.
En la madrugada, mi madre nos despertaba para asistir a la Misa de Aguinaldos que oficiaría el Padre Sabena.
Antes de las 5:00 a.m., mi papá, mi mamá, mis hermanos y yo subíamos por Los Almendrones hasta la Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana, hoy Catedral.
La entrada a la Iglesia era un momento de encuentro para los guareneros, quienes se saludaban cordialmente, manifestando alegría y buenos deseos por la época decembrina.
En cada día de la Novena rezábamos y escuchábamos los hermosos aguinaldos interpretados por el Coro Parroquial, dirigido por el Maestro Antonio María Piñate, quien había fundado esta institución a inicios de 1951.
Era tanta mi emoción que le dije a mi madre que quería participar en el Coro Parroquial, por lo cual me integré a esta noble agrupación entre los años 1956 y 1959.
Otro acontecimiento que alegraba a los guareneros era el encendido del Nacimiento que elaboraba el Maestro Antonio María Piñate, cuyas fotos comparto en esta publicación.
Al final de la Misa de Aguinaldos, nos íbamos en familia hasta la Plaza Bolívar para romper el ayuno con unas arepitas dulces y café.
Luego regresábamos a nuestra casa en La Candelaria; mi papá tomaba su carreta a caballo para trabajar repartiendo materiales o vendiendo mercancía; mi mamá se alistaba para la preparación de hallacas y dulces; mientras que mis hermanos y yo ayudábamos con el molino y el maíz.
Otros permanecían en la Plaza Bolívar, disfrutando de los grupos musicales y de las patinatas.
Así transcurrían estos nueve días antes de la Navidad en la Guarenas de antaño, entre el ayuno, la oración, la festividad y la comunión en familia.
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Fundador y editor de Campanario Urbano. Docente y director jubilado. Investigador de la historia de Guarenas. Fue cronista de prensa regional y apasionado coleccionista de fotografías y documentos antiguos.