Para hablar de la Orquesta Canónico, debemos remontarnos al siglo XIX, cuando en 1870 se inicia en los Estados Unidos de Venezuela un período de hegemonía liberal que se prolongó durante tres décadas, sucediéndose en la presidencia del país once líderes políticos. Uno de ellos fue Antonio Guzmán Blanco, quien desempeñó el cargo en tres ocasiones sumando un total de catorce años, siendo proclamado por el Congreso de Venezuela como el Ilustre Americano.
Esta etapa venezolana, conocida como el Liberalismo Amarillo, tuvo en sus primeros siete años guzmancistas notorias características favorables, en donde se fomentó la producción agropecuaria, se extendieron vías férreas, se construyeron numerosas obras de infraestructura y se amplió la arquitectura urbana de la ciudad capital.
Se lograba en la década de 1870 la pacificación nacional con una corriente de civismo general, a lo cual se sumaba un decreto de instrucción pública que pretendía reordenar el sistema educativo del país.
Además, la creación del registro civil, la aprobación de leyes fiscales y el reordenamiento administrativo, le dio un impulso al país en materia institucional y económica.
Este proceso de modernización abrió nuevas oportunidades de trabajo en Venezuela, llamando la atención de la fuerza laboral internacional y promoviendo la inmigración al país.
El inicio del Liberalismo Amarillo de Venezuela en 1870 coincidió con la unificación definitiva del Reino de Italia, iniciándose en años posteriores una oleada migratoria, principalmente de los agricultores de la zona insular de Sicilia y Cerdeña, en donde se presentaban cuadros críticos de pobreza.
Es así como en la década de 1880 llega a Venezuela Agostino Canónico, un joven italiano que subió a un vapor y cruzó el atlántico con la esperanza de hacerse una vida de bien en un país que le abría las puertas para prosperar.
El inicio de su nueva vida en Venezuela estuvo bajo el matiz del trabajo agrícola ofrecido a los inmigrantes, pero su vocación y amor eran la música.
Agostino Canónico contrajo nupcias con María de la Cruz Carballo, con quien hizo crecer una familia de siete hijos: Manuel José, Celso Agustín, Cruz Augusto, Benito, Carmen Amelia, Teolinda y Herminia.
Ya asentada su familia en aquella Guarenas productora de caña dulce, Agostino Canónico transmitió a sus hijos el amor por la música, forjando en ellos un gran espíritu artístico.
Es así como formó y dirigió la Orquesta Canónico, integrada por su esposa e hijos, la cual gozó de gran aprecio por parte de los guareneros.
Esta orquesta ejecutaba emocionantes piezas, deleitando a todos en la Plaza Bolívar del Pueblo Arriba y en la Plaza La Candelaria, así como en algún terraplén de las calles Real y Urdaneta de La Llanada del pueblo.
Para aquella Guarenas de antaño era emocionante y conmovedor ver en cada fiesta del pueblo a la Orquesta Canónico, integrada por esta familia de virtuosos niños junto a sus padres amorosos, quienes ejecutaban con destreza sus diferentes instrumentos: Violín, guitarra, mandolina, cuatro, flauta, clarinete, trompeta y bombardino.
Cuando hablamos de la familia Canónico Carballo, es imposible no mencionar al gran guarenero emergido de ella: Benito Canónico Carballo. Pero esa es otra historia de la Guarenas de antaño que podrás leer siguiendo el enlace.
La Orquesta Canónico es parte de la memoria histórica de Guarenas.
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Fundador y editor de Campanario Urbano. Docente y director jubilado. Investigador de la historia de Guarenas. Fue cronista de prensa regional y apasionado coleccionista de fotografías y documentos antiguos.
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