Cada Sábado de Gloria, resplandece el Sarao de los Cargadores de Guarenas, una celebración cargada de fervor y camaradería, donde los integrantes de la Sociedad de Cargadores Simón de Cirene se reúnen en un festín pleno de alegría y gratitud.
En este evento, se rinde homenaje a la labor cumplida durante la Semana Santa, tiempo sagrado en el que tuvieron el solemne privilegio de cargar sobre sus hombros las veneradas imágenes de la Parroquia Catedral Nuestra Señora de Copacabana de Guarenas, perpetuando así una tradición que ensalza su devoción y compromiso.

En esta apacible tarde, se cultiva la unión en familia, se enaltece la fe y se celebra la amistad, mientras se prepara con esmero un suculento sancocho que llena de aroma y calidez el ambiente. En este espacio de fraternidad, se comparten las vivencias más significativas de la Semana Santa, en un agasajo que honra y agradece el noble compromiso asumido por los cargadores durante la Semana Mayor.

En la Guarenas de antaño, las procesiones de la Semana Santa se caracterizaban por la solemnidad con la que todas las sagradas imágenes eran portadas en hombros, como gesto de reverencia y devoción. Sin embargo, con el transcurso de los años, tres de los venerados pasos procesionales quedaron en «rueda», es decir, descansaron de la labor de los cargadores. Así, durante el domingo, lunes y martes de la Semana Mayor, las imágenes de Jesús en el Huerto, Jesús en la Columna y Jesús Humildad y Paciencia dejaron de ser llevadas en hombros, marcando una transformación en esta tradición de profunda fe.

Posteriormente, en los días solemnes del miércoles, jueves y viernes de la Semana Mayor, las veneradas imágenes del Nazareno, Santo Cristo y Santo Sepulcro eran elevadas en hombros por los fervientes cargadores. Este acto de devoción no solo representaba un profundo compromiso espiritual, sino que era también la manera en que los fieles honraban sus promesas y expresaban gratitud por los favores recibidos, transformando cada paso procesional en un testimonio vivo de fe y agradecimiento.

Era tradición que cada sociedad ofreciera un brindis y un banquete en honor a los cargadores y promeseros de la Semana Santa, exaltando su entrega y devoción. Evocamos entonces la figura de Alí González, quien en la Punta Abajo se reunía con Rafael Abaad para celebrar junto a los cargadores la extraordinaria labor realizada durante la solemne procesión del Nazareno. Del mismo modo, el Jueves Santo, Luis Ramón González congregaba a los cargadores en la histórica esquina de Luis Arocha, en la calle 5 de Julio del Pueblo Arriba, donde se les rendía tributo a su esfuerzo. Asimismo, Emiliano Gómez perpetuaba esta costumbre ofreciendo un sentido agasajo en la Llanada del Pueblo cada Viernes Santo, llenando de gratitud y camaradería los corazones de los fieles cargadores.

Con el paso del tiempo, cargadores y promeseros se unieron en propósito y devoción, dando vida a la Sociedad de Cargadores Simón de Cirene. Así, el emblemático Sarao de los Cargadores adquirió una nueva dimensión al ser consolidado en un único y especial momento de celebración.

En sus inicios, este encuentro se realizaba en el Club Cyanamid, mientras que en épocas recientes, ha encontrado lugar en la residencia de la familia Muro ubicada en la histórica Plaza La Candelaria.

El Sarao de los Cargadores es parte de la memoria histórica de Guarenas.
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Administrador del sitio web campanariourbano.com y sus redes sociales, experto en sistemas informáticos, apasionado numismático y filatelista, amante del vino, investigador de la historia de Guarenas y escritor de relatos históricos.