El Viernes Santo es una de las conmemoraciones más importantes del Cristianismo. Dentro del Triduo Pascual, es un momento solemne donde se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús. También asistimos a la procesión del Santo Sepulcro de Guarenas.
Es un día de luto y penitencia, ya que recordamos la entrega de Jesús, quien aceptó la muerte en la Cruz para la expiación de los pecados de la humanidad.
Los fieles guardan ayuno y asisten a la Liturgia de la Pasión del Señor, donde se reflexiona sobre las Siete Palabras. Es el único día de la Liturgia Católica donde no se celebra la Eucaristía. Tampoco hay toque de campanas.
En la Guarenas de antaño se dejaban escuchar hermosas oratorias de sacerdotes invitados a la Parroquia por el presbítero Argentino Sabena.
Otro de los eventos con los que conmemoramos la pasión y muerte de Jesucristo es la asistencia a la procesión del Santo Sepulcro.
En Guarenas era costumbre que antes de ir a la procesión se rezara en familia 33 credos, rememorando con ello la edad de Jesucristo. Así mismo, en las casas de las familias cristianas se encendía el sahumerio.
El Santo Cuerpo de Guarenas es una imagen procedente de Barcelona España, donde apreciamos a un Jesús inerte en un antiguo ataúd de acero dorado cubierto por cristales.
El ataúd fue construido por el orfebre F. A. Berra, cuyo taller estaba ubicado en Plaza de Ángel, No. 8 y 9, Barcelona, España.
Por su parte, fue el avezado ebanista Manuel Musiú Ruiz, quien construyó el mesón sobre el cual reposa el Santo Sepulcro, elaborado en madera recia de pardillo, madera que fue nutrida por las aguas de la quebrada Siquire del Estado Miranda. El mesón fue trasladado en carreta, atravesando las montañas que separan a Santa Lucía de Guarenas, siguiendo la ruta El Nogal, Arenaza y Fila de Güeime.
La tradición oral narra que esta imagen llegó al Puerto de La Guaira a finales del siglo XIX con destino a la ciudad de Guanare en el Estado Portuguesa. Una vez colocada en la carreta, los cocheros confundieron el destino de la encomienda, dirigiéndose al pueblo de Guarenas y no al de Guanare.
Una vez que la imagen llegó a Guarenas, un grupo de ciudadanos decidieron pagar su valor para que permaneciera en el pueblo, con la anuencia del pbro. Santiago Giménez, quien era cura propietario de la parroquia desde julio de 1849. Como nota al margen, un año después de la llegada del Santo Sepulcro a Guarenas, el padre Santiago Giménez fue asesinado por un orate mientras oficiaba la Misa Tridentina en la Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana, hecho acaecido en diciembre de 1868.
La Sociedad del Santo Sepulcro de Guarenas es una de las más antiguas de la Parroquia, la cual data del año 1894.
Juan Lorenzo Díaz, de profesión panadero, mantuvo la custodia del Santo Sepulcro. Él, junto a su esposa María del Carmen Álvarez, inculcó la fe cristiana a sus nueve hijos: Lorenzo Santiago, Manuel, Pedro Estevan [sic] del Carmen, Reinaldo, Pedro Agustín, Clotilde [sic] Trinidad, Jesús María, Tomás Domingo y Ángel Antonio. Fue Ángel Antonio quien heredó posteriormente la custodia del Santo Sepulcro.
Después de la familia Díaz Álvarez, otros devotos han asumido la custodia del Santo Sepulcro de Guarenas en el siguiente orden:
• Hermanos Urbina: Felipe José, Cruz Ramón, Juan José, Bernabé Antonio de la Trinidad y Ángel Trinidad
• José Aguirre.
• Alfredo Toselli y Delfín Mendoza.
• Lino Bravo y José Lovera.
• Emiliano Gómez.
• Carlos Claro.
• Efrén Claro.
• Antonio Montilla, Vianny Claro y Oswaldo Martínez.
Por más de un siglo se vio salir la procesión a las 3 de la tarde, hora en la cual la tradición cristiana recuerda la muerte de Jesús.
Recorría desde la Iglesia La Candelaria en su ascenso hacia la Iglesia Nuestra Señora de Copacabana, hoy Catedral. La feligresía iba en silencio, vistiendo en su mayoría colores acordes al luto.
Posteriormente a las 7 de la noche, la procesión se realizaba alrededor de la Plaza Bolívar para luego regresar a la Iglesia La Candelaria, prolongándose hasta las 4 de la madrugada.
En el año 2001, la Sociedad del Santo Sepulcro fue la primera en implementar el uso del uniforme por iniciativa del Señor Antonio Montilla.
Jesús en el Sepulcro nos invita a orar por todos aquellos difuntos de nuestra comunidad, con la esperanza plena en la Resurrección.
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Fundador y editor de Campanario Urbano. Docente y director jubilado. Investigador de la historia de Guarenas. Fue cronista de prensa regional y apasionado coleccionista de fotografías y documentos antiguos.