La Parranda de San Pedro, manifestación cultural y religiosa que honra la promesa que la esclava María Ignacia hizo a San Pedro Apóstol. Cada año, acompañamos a esta llamativa figura en su recorrido por las calles de Guarenas, reconociendo su inconfundible baile; pero más aún, identificando a quien la personifica: El cultor Ramón Noria.
Ramón Fulgencio Noria Díaz, nació en Petare el 31 de agosto de 1953. Su padre fue el luciteño Florentino Noria, y su madre la guarenera Alejandrina Díaz de Noria. A la edad de un año, sus padres deciden establecerse en Guarenas, específicamente en la calle Ricaurte.
Con tan solo cuatro años de edad, su inquietud por la tradición de la Parranda de San Pedro fue tan natural como conmovedora. Ramón Noria nos narra su iniciación en la Parranda:
«Mi abuelo, el Señor Pedro Lovera, trabajó en la Hacienda San Pedro, y también era compadre del Señor Antonio Núñez. Todos los 29 de mayo, como antesala a la festividad de San Pedro, la Parranda venía a visitarnos, transitando por la calle Andrés Bello‘.
A medida que los parranderos se acercaban, el sonido inconfundible del cuatro y las maracas, así como los versos improvisados por Don Antonio Núñez, inquietaban la atención del pequeño Ramón Noria. Su madre lo llevaba a la esquina a la espera de la Parranda.
«En ese momento yo no paraba de bailar, despertando la atención de sanpedreños y promeseros. Cuando se iban yo comenzaba a llorar, así que mi mamá me llevaba con ellos hasta la Plaza La Candelaria. Los parranderos con gusto aceptaban mi compañía. Así me lo contó mi mamá’.
Dos años después, Ramón Noria se inicia en la Parranda de San Pedro como tucusito a la edad de seis años, cuando Antonio Núñez le dice a su madre:
«Alejita, ahora sí quiero a Ramoncito para que sea Tucusito en la Parranda‘.
Ramón Noria sería tucusito de la Parranda durante cinco años, para luego ser coticero por otros veinticinco años más. Además, aprendió a ejecutar el cuatro.
El personaje de María Ignacia, incuestionable figura originaria y central de esta tradición, intentó ser rescatado en varias oportunidades. Recordamos al cultor Rodolfo Toro y a Arquímedes Noria, hermano de Ramón, quienes a finales de la década de 1980 la interpretaron en dos oportunidades.
Y llegó el 29 de junio de 1989, cuando se encuentran los dos sanpedreños más antiguos de la parranda, Pablo Núñez y Ramón Noria, discutiendo frente al vestido, sombrero y prendas de María Ignacia:
– ¿Quién se la pone Pablo?
– Ramón, ya te dije, yo me la pongo.
– Pero Pablo, tu eres la voz cantante.
– Que me la pongo yo.
– No Pablo, tú eres el encargado de la parranda; mejor este año a Maria Ignacia la bailo yo.
Y así, 31 años después, el cultor Ramón Noria continúa personificando a María Ignacia, siendo su interpretación reconocida indiscutiblemente por todos los guareneros; manteniendo con recelo y a buen resguardo las vestimentas y prendas de la esclava madre de Rosa Ignacia.
Nos dice Ramón:
«Yo personifico a María Ignacia, quien paga promesa a San Pedro. Yo no interpreto a su esposo. El 29 de junio muy temprano, atendemos en la sede de la Asociación Civil Antonio Núñez a los periodistas que siguen de cerca la festividad. El vestido, sombrero y prendas de María Ignacia llaman mucho la atención, por lo que siempre están expuestos en ese momento para ser fotografiados. Luego yo me visto y le pido a San Pedro que me acompañe y ayude durante la Parranda, para que todo salga bien’.
«Yo seré Maria Ignacia hasta que Dios quiera’.
En la fotografía principal que acompaña a esta publicación, cortesía de Ramón Noria, lo observamos en la Parranda de San Pedro de Guarenas, en su primera personificación de María Ignacia, el 29 de junio de 1989.
La Parranda de San Pedro de Guarenas, tradición imperecedera gracias a nuestros cultores.
Video: Ramón Noria, Honrando la Promesa
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Fundador y editor de Campanario Urbano. Docente y director jubilado. Investigador de la historia de Guarenas. Fue cronista de prensa regional y apasionado coleccionista de fotografías y documentos antiguos.