La Cuidadora del Nazareno de Guarenas

Guarenas es un pueblo apegado a sus tradiciones y de arraigadas creencias. La procesión del Nazareno durante el Miércoles Santo es una imponente manifestación de fe. Es un murmullo de plegarias y de alumbrar con cirios a esa imagen que guarda casi dos siglos de historia, cuando Don Ramón Blanco, antes de partir a España, le encomendó esta imagen a su entrañable amigo Don Francisco González Arocha. La cuidadora del Nazareno de Guarenas es una de esas historias.

Francisco González Arocha mantenía en su hacienda un tablón de caña dulce, cuya producción era destinada para sufragar los gastos del Nazareno de Guarenas y su procesión.

El 3 de abril de 1904, Domingo de Resurrección, Don Francisco González Arocha presenció por última vez el encendido del cirio pascual en la Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana. Tres días después fallece, el miércoles 6 de abril de 1904.

Se encargaría del paso del Nazareno su hijo Pedro Ramón González Bello, quien funda en ese mismo año la Sociedad del Nazareno de Guarenas.

Muchos guareneros respondieron al llamado de Perucho, inscribiéndose en la Sociedad y aportando su contribución en metálico para apoyarlo en esta noble labor.

Durante medio siglo, Pedro Ramón se esmeró en el culto del Nazareno de Guarenas, manteniendo con recelo y en buen estado los bienes de la imagen: Floreros, briseras, faroles, pendón, mesa y faldón.

Para esta tarea de fe y tradición, Pedro Ramón siempre contó con la ayuda de su hermana mayor, María Francisca del Rosario González Bello, a quienes todos conocían como Maina.

Pero la historia la recordaría como la cuidadora del Nazareno de Guarenas.

María Francisca del Rosario González Bello, nació en Guarenas el 10 de octubre de 1863, bautizada el 17 de noviembre de ese mismo año por el Pbro. Santiago Giménez en la Iglesia Nuestra Señora de Copacabana, hoy Catedral, siendo sus padrinos José Jesús Bello y Trinidad Bello.

Su madre, María del Rosario Bello de González, falleció de forma temprana, por lo cual Maina se encargó junto a su padre de criar a su hermano menor, Pedro Ramón.

El 19 de abril de 1905, Miércoles Santo, sale en procesión el Nazareno de Guarenas, siendo Pedro Ramón guía del paso por primera vez.

El Nazareno de Guarenas, Iglesia de La Candelaria, año 1905.
El Nazareno de Guarenas, Iglesia de La Candelaria, año 1905.

María Francisca del Rosario se encargó de asear y colocar las vestimentas del Nazareno y del Cirineo, de preparar los arreglos florales, de fijar floreros y faroles, y de encender cada una de las velas.

En esa Semana Santa de 1905, los guareneros aplaudían a Pedro Ramón por su excelente gestión en la Sociedad del Nazareno y se mostraban muy conmovidos por la hermosa preparación de la imagen en ese año, por lo cual felicitaban efusivamente a María Francisca.

Después del Domingo de Resurrección, la imagen del Nazareno de Guarenas era resguardada en una pequeña capilla de la casa de María Francisca, la cual estaba en la calle Real o Comercio, muy cerca de la Botica Copacabana y de la esquina de la calle Ayacucho.

Por tres décadas, María Francisca del Rosario se encargo del cuidado de la imagen del Nazareno de Guarenas, así como de su preparación y arreglo para las procesiones del Miércoles Santo.

Pero para la Semana Santa de 1938, María Francisca no se encargaría más de los arreglos y decoración del Nazareno de Guarenas, pues falleció el Martes Santo, 12 de abril.

Fue un profundo dolor para su hermano Pedro Ramón y para todos los guareneros. Además, reinaba la incertidumbre de quién se encargaría de preparar la imagen del Nazareno, que para ese año ya se encontraba resguardada en la Iglesia de La Candelaria.

Pedro Ramón González acudió al Maestro Antonio María Piñate, quien con la ayuda de otros feligreses y la familia González, se encargaron de preparar la imagen del Nazareno para su procesión del día siguiente, miércoles 13 de abril de 1938.

Pero ese Miércoles Santo el cielo de Guarenas se ensombreció; fuertes vientos soplaban del este y lúgubres nubes presagiaban una lluvia inminente. Y así, a las 3 de la tarde, se desató una tormenta.

Las calles de tierra se hicieron intransitables y los pueblerinos apuraron el paso de regreso a sus casas.

Por única vez en la historia, el Nazareno de Guarenas no salió en procesión.

Los guareneros aseguraban que el Nazareno, en su tristeza por la muerte de María Francisca, evitó salir al paso procesional.

Ella nunca contrajo matrimonio ni dejó descendencia.

María Francisca del Rosario González Bello, la cuidadora del Nazareno, es parte de la memoria histórica de Guarenas.

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