La Hacienda Maturín de Guarenas estaba ubicada en un gran pastizal al noreste de la población, hoy en día asentamiento de la zona industrial. Esta hacienda se dedicaba a la siembra y procesamiento de la caña de azúcar, elaborando un rico papelón que era distribuido principalmente en el comercio barloventeño.
Nuestra Guarenas de antaño poseía suelos de excelente fertilidad. La siembra de caña de azúcar demandaba suelos profundos, ya que posee raíces que superan el medio metro. La preparación del suelo era de intenso trabajo; requería ser nivelado, también subsolado o aflojado para evitar su compactación, destruyendo terrones y permitiendo así que las raíces se afianzaran con esa profundidad requerida.
Pero quizás la tarea que más identificamos de la labor agrícola es el labrado de la tierra, con lo cual haciendo uso de un arado se abren los surcos antes de sembrar. Y es aquí donde me quiero detener para hablar de un personaje: Estanislao García, quien fue agricultor de la Hacienda Maturín.
Entre otras tareas, era el encargado de arar la tierra con una yunta de bueyes. En la fotografía del año 1942 observamos a Estanislao en plena faena de arado, con su brazo derecho dominando la pareja de animales de tiro, y en su brazo izquierdo sosteniendo el preciado producto, una vara de caña de azúcar, la cual usaba para arrear a los bueyes. Como cosa curiosa, podemos ver que los bueyes no están uncidos con un yugo, sino más bien con un mecate.
Con la llegada de la electricidad a Guarenas se vislumbró el desarrollo. La Guarenas del arado dejó de ser una zona agrícola para convertirse en un parque industrial, que en el año 1968 contaba con más de ciento cincuenta industrias.
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Fundador y editor de Campanario Urbano. Docente y director jubilado. Investigador de la historia de Guarenas. Fue cronista de prensa regional y apasionado coleccionista de fotografías y documentos antiguos.
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