Nuestra Señora de Copacabana de los Guarenas, fue sitio idóneo para el cultivo de caña dulce, así como para la instalación de haciendas de trapiche dedicadas a su procesamiento, como por ejemplo la Hacienda Casarapa. Pero, ¿cuál es el origen del nombre Casarapa?
En el siglo XVIII, en una misiva de Don Juan Melchor Caraballo y el Capitán Don Pedro Joseph Díaz de Estrada, fechada el 9 de agosto de 1764, se detalla que la Jurisdicción del Valle de Guarenas contaba con 39 haciendas, cuyos ingenios de trapiche estaban operativos. Una de ellas era la Hacienda Casarapa, con una producción de 1700 cargas de melado para ese momento.
En una publicación anterior recorrimos la historia de la Hacienda Casarapa, la cual representó un centro importante de la cañicultura guarenera. Sin embargo, hasta ahora no habíamos abordado el origen de su nombre o una aproximación etimológica de la palabra Casarapa.
En Venezuela, hemos adoptado palabras de las lenguas de nuestros pueblos originarios para designar lugares, vocablos que con el tiempo tendemos a transformar. Este proceso ha permitido que palabras exónimas se integren en nuestra toponimia, manteniendo viva una parte fundamental de nuestra ancestralidad.
Recordemos que un exónimo es la forma con la cual un grupo de individuos, que hablan un idioma específico, asignan nombre a otra comunidad en la que se habla un idioma diferente. Eventualmente, ese exónimo puede convertirse en topónimo, es decir, en el nombre de un lugar.
Se han hecho muchas conjeturas sobre el origen del nombre Casarapa, con el cual se ha identificado esta hacienda desde mediados del siglo XVIII. Algunas destacan la inventiva del guarenero, aunque en realidad están alejadas de la evidencia histórica.
Los lingüistas modernos han comprobado la existencia de una macro lengua caribe que se extendía desde la Península de Paria hasta el Lago de Valencia, con ciertas diferencias fonéticas, pero en general con muchas semejanzas en sus vocablos.
Es así como existía una similitud dialéctica entre las tribus indígenas caracas, toromaymas, aruacos, teques, guayqueries, quiriquires, meregotos, mariches, taramas, chagaragotos, guarenas, esmeregotos, baquiracotos, chaimas, cumanagotos, cores y parias.
Este planteamiento de los lingüistas se apoya en los documentos históricos que los misioneros franciscanos publicaron a finales del siglo XVII, así como por el «itoto maimury», etnogénesis de la lengua cumanagota.
En este sentido, podemos mencionar a Fray Francisco de Tauste, quien en 1680 escribió un extraordinario diccionario bilingüe de la lengua Chaima. Igualmente, a Fray Manuel de Yangües, quien en 1683 escribió un libro con los principios y reglas de la lengua cumanagota, incluyendo un extenso vocabulario.
Ahora bien, debido a que el Reino de España reconoció a los indios como vasallos libres, éstos tenían que cumplir con una serie de obligaciones como súbditos de la monarquía. Por esta razón, en el siglo XVII, la Corona impuso un tributo indígena en los territorios de ultramar donde se conformaron los pueblos de indios.
En Guarenas, para cumplir con este tributo, muchos indios optaron por trabajar en las haciendas del pueblo.
Los indios tributarios fueron incorporados a las faenas de las haciendas de trapiche. Su trabajo se limitaba a los tablones de cultivo y cosecha de la caña de azúcar, sin acceso a las tareas propias de la casa de molienda, sala de calderas o el alambique.
Los indios guarenas querían trabajar la «casina-rapa», expresión con la que se referían a la «caña dulce abundante» en la hacienda propiedad de José Rengifo Pimentel Gámez, ubicada al este del pueblo.
A partir de 1779, la hacienda pasó a ser propiedad de Doña Margarita Alonso Gil, época en la cual ya se la mencionaba como Casarapa, deformación fonética de «casina-rapa».
Este vocablo compuesto también se encuentra en el grupo indígena chaimas, presentando una ligera variación fonética, pero con una notable similitud conceptual:
- Kazina: caña dulce.
- Rapa: caña gruesa.
Igualmente, lo encontramos en el dialecto de los cumanagotos:
- Cazina: caña dulce.
- Rapaca: caña grande.
En lengua caribe, también encontramos la expresión «kazina-guarapo», para referirse a la bebida fermentada hecha con el jugo de caña de azúcar.
En conclusión, Casarapa es un topónimo guarenero, parte de nuestra ancestralidad indígena, proveniente del vocablo compuesto «casina-rapa», con el cual los indios guarenas se referían a la «caña dulce abundante» en esa hacienda.
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Fundador y editor de Campanario Urbano. Docente y director jubilado. Investigador de la historia de Guarenas. Fue cronista de prensa regional y apasionado coleccionista de fotografías y documentos antiguos.